El teatro Eloy Alfaro de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil acogió el pasado 5 de noviembre, un emotivo y vistoso homenaje a Dolores Sopeña, promotora de la Fundación que lleva su nombre.
El acto se montó como cierre del Año Centenario de su fallecimiento con la participación de alumnos, voluntarios, profesores, colaboradores, amigos y autoridades. Una respuesta de gratitud por la creación de la Fundación que, concretamente en Guayaquil, lleva 86 años prestando servicios de formación integral y capacitación profesional. Cada año pasan por sus aulas y talleres más de 4.000 personas de la ciudad y sus alrededores, de familias trabajadoras.
La puesta en escena de esta representación musical era la vida y la obra de Dolores Sopeña que fue aplaudida por el ejemplar mensaje que transmitió su elenco. Un total de 35 alumnos y alumnas del Centro Sopeña Guayaquil que, sin ninguna experiencia en las artes escénicas, estuvieron desde el mes de junio ensayando con cariño y entusiasmo, liderados por el maestro Juan Carlos Zambrano.
Los estudiantes pertenecen a muy diversas especialidades formativas. Desde Belleza y Cosmetología, pasando por Corte y Confección, Cocina, Electricidad, Mecánica, Soldadura o Refrigeración.
Todos destacan sin duda el aprendizaje que han tenido durante este tiempo, sobre todo el trabajo en equipo que tuvieron que realizar y el clima de compañerismo y amistad que ha ido naciendo y consolidándose entre ellos durante la preparación de la obra de teatro.
El acto, al que asistió la presidenta internacional de la Fundación, Miryam Ávila, contó también con la actuación de Ernesto Guerra, artista de origen chileno que, acompañado de su arpa, compartió con los asistentes unas hermosas canciones.