Hace ya más de una semana que clausuramos el XXXIII Encuentro Sopeña en Barcelona y aún saboreamos el delicioso sabor de la reunión, de los abrazos y las conversaciones.
Se trata de un evento para la Fundación Dolores Sopeña sobre el que nos gusta volver una y otra vez y hacer memoria de lo que allí compartimos.
Es importante que tengamos en cuenta qué es lo que se ha quedado resonando en cada uno de nosotros como Familia Sopeña que somos.
Son muchas las sensaciones y sentimientos que resumen la cita, pero por aquí os dejamos un álbum – vídeo para que os los cuenten directamente algunos de sus protagonistas.
Conscientes de la misión compartida que tenemos, trabajadores y colaboradores de la Fundación Dolores Sopeña de sus Centros en España y Catequistas Sopeña, compartimos el pasado fin de semana en Barcelona reflexiones acerca de los retos y desafíos que nos plantea la sociedad actual, reflejada en nuestro trabajo en los Centros Socioeducativos Sopeña.
El XXXIII Encuentro Sopeña reunió a más de 150 personas y se celebró con un simbolismo de camino, de peregrinación, puesto que tuvo lugar en lugares emblemáticos para nuestra fundadora, Dolores Sopeña, que allá por 1905 se trasladó a Barcelona para continuar expandiendo su ya gran Obra.
Después, las circunstancias la unieron para siempre con el Monasterio de Montserrat y con Manresa.
En uno de esos lugares, en la Cueva de Manresa, espacio internacional de espiritualidad de los Jesuitas, los asistentes tuvimos ocasión de conocer algunas sugerencias y propuestas compartidas por Patxi Álvarez de los Mozos SJ para seguir contribuyendo con sociedades más inclusivas y sostenibles.
En el debate, durante la ponencia, quedó de manifiesto que esos valores de inclusión y sostenibilidad que queremos, hemos de alcanzarlos a través de redundar en la formación integral que ya ofrecemos y que es parte de nuestra misión, para construir personas conscientes, libres, compasivas y creativas.
Además, abordamos algunas posibles tareas para lograr los objetivos y retos, centradas en los educadores y personal de los Centros Sopeña y en el propio alumnado, usuarias y usuarios.
De esta forma, la Familia Sopeña una vez más enfoca su esfuerzo en fortalecer su misión, su sentido de pertenencia y el sueño que un día tuvo la fundadora, pero siempre con la mirada de futuro encendida y entendiendo los cambios que se producen continuos en nuestra realidad.