La Corporación Dolores Sopeña, marca de la Fundación Dolores Sopeña en Chile, ha abierto de nuevo las puertas de su Centro de Capacitación y Formación en Santiago tras dos años de parón, a causa de la pandemia por COVID19.
Mientras que poco a poco el país va regresando a una cierta normalidad, el Centro Sopeña Santiago de Chile, ubicado en la comuna de Puente Alto, reinicia su actividad presencial, guardando todas las medidas de seguridad y cumpliendo los protocolos establecidos por el Gobierno de Chile.
El Centro Sopeña Santiago de Chile seguirá cumpliendo con su misión de brindar oportunidades de superación, a través de la formación, la capacitación y el desarrollo integral, a hombres y mujeres en situación de dificultad y pobreza.
Precisamente, la Comuna de Puente Alto, donde se ubica, es una de las zonas más pobladas del país, con cifras importantes de pobreza multidimensional.
La Fundación Dolores Sopeña, en Chile bajo el nombre de Corporación, tiene más de cien años de trayectoria en este país andino, atendiendo a personas, en su mayoría, de la Provincia Cordillera: Puente Alto, Pirque y San José de Maipo.
Desde sus inicios, el Centro de Formación y Capacitación en Santiago de Chile ha capacitado a más de 13.000 alumnos aproximadamente.
Veinte personas de las parroquias de Puente Alto y de San José de Maipo, vinculadas al Centro de Capacitación y Formación Sopeña en Santiago de Chile, han recibido formación sobre herramientas para facilitar el emprendimiento en sus distintos oficios.
Este proyecto se enmarca en una alianza social entre la Corporación Dolores Sopeña y la Fundación Emmanuel, que aportó la financiación.
Bajo el nombre de Competencias Formativas para Emprendedores y Emprendedoras, se trata de un proyecto innovador que favorece la empleabilidad mediante la formación en nuevas competencias, a personas de las parroquias de la zona que se han visto muy afectadas por las consecuencias de la pandemia.
La Catequista Sopeña y directora de la Corporación Dolores Sopeña en Chile, Gabriela Herrera, destaca la importancia de llevar a cabo este tipo de proyectos y actividades, ya que respaldan el proyecto institucional Sopeña, que busca fortalecer las capacidades personales y competencias técnicas de sus usuarios.
En este caso, enfocadas al emprendimiento, es decir a la búsqueda de soluciones de forma individual pero con el apoyo del colectivo.
Según el secretario ejecutivo pastoral de la Vicaría de la zona de Maipo, Juan José Richter, esta iniciativa surgió en una mesa de trabajo constituida durante el año pasado con voluntarios y técnicos de la Zona Cordillera; el párroco de San Esteban y decano de la zona, Ricardo Acosta; la Corporación Dolores Sopeña Chile y al equipo de la Vicaría de Zona del Maipo.
En esa mesa de trabajo, se planteó la necesidad de potenciar los vínculos con la industria y las empresas del territorio, con parroquias y comunidades eclesiales, a favor de las familias más vulnerables y con más necesidades.
De los 60 emprendedores y emprendedoras que optaron a participar en este programa, se seleccionaron 25. De ellos, han sido 20 los que han obtenido con éxito el certificado del curso, de 80 horas durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2021.
Como testimonio, Alejandro Terraza, es laico de la parroquia Santa Teresa de los Andes y es masoterapeuta. Durante la pandemia se vio obligado a buscar nuevas formas de promover su trabajo y, gracias a este proyecto, pudo recibir fondos para invertir en equipamientos técnicos para su labor.
“El haber participado en este curso, me hizo reencantar con el emprendimiento, porque llega el momento en que uno alcanza algunas metas y se nos olvida el deseo inicial que teníamos cuando empezamos a emprender. Esto fue un empujón, una sacudida, un estímulo para salir adelante».
«Por eso, quiero agradecer a la Fundación Dolores Sopeña, por haber contratado a profesores excelentes. Entregó unos contenidos impresionantes, muy buenos. En lo personal me ayudaron a proyectar nuevamente y que mis talentos están al servicio de las personas, con nuevas estrategias, a tratar de abrir puertas que la pandemia ha cerrado, con el mismo entusiasmo y dedicación”.
Por su parte, Olga Rubilar pudo reactivar su proyecto de pastelería vegana y tradicional. “Es un emprendimiento familiar y, sin el apoyo de ellos, no estaría acá. Les doy gracias infinitas a este grupo humano, porque nos ayudaron a ordenar nuestro negocio, nuestro emprendimiento».
«¡Qué rico ver a todas las personas, nuevamente! Muchas gracias, porque también nos ayudó a seguir vendiendo nuestros productos. Es un regalo de Dios en este tiempo de pandemia. Muchas gracias a la Fundación Dolores Sopeña y a la Vicaría”.
La Corporación Dolores Sopeña Chile está de celebración. Nada menos que 100 años trabajando al servicio de la comunidad chilena.
Aunque la misión Sopeña estaba presente y desarrollando su labor desde 1917 en Chile, fue el 18 de junio de 1920 cuando el Gobierno otorga el Decreto de Aprobación a la Corporación Dolores Sopeña como institución de carácter social en un país de poco más de 3 millones y medio de habitantes.
Han sido cien años de crecimiento y aprendizaje para todos, siempre con el mismo espíritu de familia e inspirados por su fundadora, Dolores Sopeña.
Una familia que espera seguir creciendo también en estos momentos difíciles por los que estamos pasando en todo el mundo debido a los efectos del COVID19, siempre a favor y al lado de las familias trabajadoras y de aquellas con menos oportunidades.
Una colaboradora del Centro Sopeña Chile de Puente Alto, Cecilia Rojas, nos cuenta parte de esa historia:
“Es muy valioso que pudiésemos adaptarnos a tantos cambios ocurridos en el país, en la sociedad y en cada una de la personas durante todo este tiempo. Nuestra Corporación trabaja por ‘hacer de todos los hombres una gran familia’, desde aquella época en que todavía la Educación Primaria no era obligatoria; cuando las mujeres no tenían derecho a voto; desde varios años antes de que saliera al aire la primera emisora radial, y lo seguimos haciendo hasta hoy. Hemos acompañado al trabajador cuando se fijó la jornada laboral y se limitó el trabajo infantil, sobrevivimos a los grandes terremotos de Chilán, Valdivia y zona centro y, en el año 1976, cuando se creó la Vicaría de la Solidaridad, nuestro centro de San Diego contaba con alrededor de 1.500 alumnos a los cuales dimos a conocer la figura de Dolores Sopeña.
Esto es lo que nos debe tener sumamente orgullosos. Somos parte de una de las pocas instituciones que puede contar una historia como la de nuestra organización, como la de Dolores y como la de cada uno de aquellos que hemos sido parte de este trabajo y hemos tenido el privilegio de estar al lado de las personas ayudando a su formación no sólo profesional, sino también su desarrollo personal y social”.
En evidencia de esa satisfacción por el trabajo intenso y bien hecho y la solidaridad, el Centro Sopeña Chile está ahora inmerso en una gran campaña de recaudación de fondos para atender necesidades urgentes y básicas de alimentación e higiene, derivadas del impacto que está teniendo el COVID19.
La acción, que va por su segunda donación, atiende a personas, niños y adultos, del Campamento Millantú de Puente Alto (Chile) que están sufriendo de forma especialmente dura las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.
Desde aquí, la Corporación Dolores Sopeña Chile agradece enormemente los aportes y la difusión de esa campaña y te anima a unirte a esta causa.
A pesar de las restricciones por el confinamiento, el Centro Sopeña de Puente Alto en Santiago de Chile continúa funcionando como Casa Social.
El próximo domingo 28 de junio, en conmemoración de estos 100 años desde su aprobación legal, celebrarán una eucaristía a través de una plataforma online a las 17.30 hora local y a las 23.30 hora española. Para asistir a la misa podéis contactar al correo comunicacion@sopenafundacion.org y se os facilitará el código ID.