SEGUIMOS DISEÑANDO NUESTRO FUTURO

El proceso “Nuevas formas de gestión y organización de la Fundación Dolores Sopeña, que iniciamos hace ya más de un año con el objetivo de diseñar el futuro que queremos para nuestra entidad, no se ha visto interrumpido durante el verano.

Si acaso, se ha tomado un respiro para encarar las últimas fases de lo que será la definición de una nueva cultura institucional, basada en reforzar el trabajo en red.

Coincidiendo con el inicio de este nuevo curso, la Comisión Técnica ha retomado también las reuniones. Este equipo fue designado por la propia Fundación para liderar este importante proceso en el que nos encontramos embarcados toda la familia Sopeña de los Centros de España.

En los ultimos encuentros la CT se ha centrado en la definición de lo que será el Equipo de Titularidad: el órgano colegiado que, por delegación y bajo dependencia del Patronato de la Fundación, dirigirá y gestionará el funcionamiento de los Centros Sopeña, velando por el Carácter Propio de los mismos y garantizando nuestro Carisma.

Así nos lo explica también, Bárbara González, integrante de esa Comisión Técnica y jefa de Estudios de la ESO del Centro Sopeña Barcelona.

Ahora está en la tarea de diseñar el organigrama y las competencias de ese Equipo de Titularidad.

El liderazgo será compartido entre Laicos y Catequistas Sopeña para animar y afrontar los cambios que se están produciendo.

De este proceso de cambio y actualización, estamos siendo partícipes todos y cada uno de los miembros de los Espacios de Acción Sopeña.

Desde el principio, lo hemos concebido y articulado de manera que, cada persona, de cada centro, pudiera participar y compartir su visión e ideas respecto al mismo. Todos tenemos un papel relevante en el futuro de la institución.

Una cuidada planificación y cronograma de acciones garantizan que el proceso incorporará el valor y las aportaciones de todos y cada uno de los trabajadores. Es la manera de presentarnos como una entidad abierta y preparada para los próximos años.

El esfuerzo de escucha está siendo extraordinario.

Nuestra misión seguirá siendo: facilitar una formación integral de calidad a cada una de las personas que llega a nuestros Centros y acompañarlos en el camino.

Buscamos estimular a cada alumno y alumna a dar lo mejor de sí mismo, a través de la promoción personal y la capacitación integral, basada en los valores Sopeña y con actividades de ocio, culturales, en habilidades personales y sociales.

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO A LOS DOCENTES

Siempre de actualidad, el mensaje del Papa Francisco a los docentes, profesores y profesoras, cobra este año escolar un especial valor, porque ellos van a necesitar esa dosis extra de ánimo.

Los Centros de Formación y Capacitación Sopeña están iniciando como otros muchos centros católicos en el mundo un año escolar nuevamente extraño y lleno de incertidumbres.

La situación que se nos presenta es complicada pero nuestra Fundación, dedicada desde principios del siglo XX a la formación de personas de familias trabajadoras, afronta el reto con equipos profesionales comprometidos y preparados.

Dolores Sopeña, fundadora y artífice de este sueño, siempre creyó que la educación y la formación eran el mejor instrumento para lograr la dignidad personal y mejorar las sociedades, para hacerlas más equitativas y justas.

Igualmente, el Papa Francisco otorga a los docentes, a través de este mensaje que se  renueva cada año, la potestad de irradiar luz en el alumnado. Este año, les reclama además fe en su labor, que contribuirá al éxito de aquellos alumnos con mayores dificultades.

Por aquí compartimos sus palabras:

«El Sol no se apaga durante la noche, se nos oculta por un tiempo por encontrarnos «al otro lado», pero no deja de dar su luz y su calor. El docente es como el Sol. Muchos no ven su trabajo constante, porque sus miras están en otras cosas, pero no deja de irradiar luz y calor a los educandos, aunque únicamente sabrán apreciarlo aquellos que se dignen «girarse» hacia su influjo.

Yo les invito a ustedes, profesores, a no perder los ánimos ante las dificultades y contrariedades, ante la incomprensión, la oposición, la desconsideración, la indiferencia o el rechazo de sus educandos, de sus familias y hasta de las mismas autoridades encargadas de la administración educativa. La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad, pues es la base de toda transformación de progreso humano, tanto personal como comunitario. Este sacrificado servicio pasa desapercibido para muchos. Probablemente, ustedes no podrán ver el fruto de su labor cuando éste aparezca, pero estoy convencido de que gran parte de sus alumnos valorarán y agradecerán algún día lo sembrado ahora. No confundan nunca el éxito con la eficacia. En la vida no siempre lo eficaz es exitoso y viceversa. Tengan paciencia, mejor, esperanza. No olviden que la clave de toda obra buena está en la perseverancia y en ser conscientes del valor del trabajo bien hecho, independientemente de sus resultados inmediatos. Sean fuertes y valientes, tengan fe en ustedes y en lo que hacen.

Que Dios les bendiga y bendiga su abnegada labor diaria, la mayoría de las veces oculta, silenciosa e inapreciada, pero siempre eficaz y valiosa». (Papa Francisco)