Los más de 220 colaboradores y voluntarios que participamos el pasado fin de semana, 9 y 10 de septiembre, en Sevilla en el XXXI Encuentro Sopeña debatimos acerca de cómo acoger el término magis (dar siempre lo mejor de nosotros mismos) en el ámbito educativo.
Se trataba de aplicar esta actitud, que habla de calidad y no de cantidad, en nuestro trabajo en los centros, para mejorar nuestra disposición y competencia al servicio de los alumnos y del conjunto de la comunidad educativa.
En este empeño contamos con la inestimable ayuda de Alberto Ares, sacerdote jesuita y recién nombrado director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad de Comillas, quien a través de su ponencia nos ayudó a sacar conclusiones y dibujar propuestas de acción concretas, siempre bajo la presencia de nuestros valores Sopeña.
Procedentes de once centros de España (Badajoz, Barcelona, Bilbao, Córdoba, Las Palmas, Madrid, Toledo, Oviedo, Zaragoza, y los dos de Sevilla: Juan de Vera y San Pablo, que acogió el Encuentro), los asistentes articulamos las acciones transformadoras en torno a cuatro premisas: Enseñar a ser agradecidos, ¿dónde ponemos nuestro magis?, juntos somos magis y ¿cómo crecer en las limitaciones y las frustraciones?
Estas conclusiones, sea cual sea nuestra labor en los centros de la Fundación Dolores Sopeña, nos ayudarán a mejorar a nosotros mismos y a sacar de los demás lo mejor de sí.
Sobre aprender y enseñar a ser agradecidos, proponemos refuerzo positivo, cuidar lo que nos hace felices y descubrir el valor “de lo invisible y de los invisibles”.
Acerca de ¿dónde ponemos nuestro magis?, sugerimos: coherencia en nuestro día a día con los valores Sopeña; servicio y testimonio, atención plena; seguir tejiendo una identidad común, y profundizar y ser más explícitos con nuestro compromiso en lo cotidiano.
Juntos somos magis. Para esta premisa convendría emprender acciones que favoreciesen crecer en colaboración, poner las capacidades de cada centro al servicio del conjunto de la Fundación, fomentar la corresponsabilidad y la misión común de todos los actores de nuestros centros, trabajar en red y promover proyectos solidarios comunes, así como la creación de una plataforma online.
Respecto a cómo crecer en las limitaciones y las frustraciones, los asistentes apuntaron a afrontar las limitaciones como retos, acompañar las frustraciones del día a día de alumnos y compañeros y abrir a nuestros alumnos a la realidad, a otras situaciones vitales de injusticia.
El curso recién estrenado nos dirá si realmente hemos sabido o no poner en práctica todo lo absorbido este fin de semana en Sevilla.