El propósito de la Educación es hacernos entender cómo funciona el mundo y cómo podemos, cada uno, contribuir a mejorarlo. Y la creatividad permitirá a cada alumno desarrollar sus propios caminos para ese aprendizaje.
En el Centro Sopeña Badajoz, de la Fundación Dolores Sopeña, son pioneros y reconocidos por la innovación pedagógica, a través de metodologías basadas en las inteligencias múltiples, la cultura del pensamiento y el aprendizaje cooperativo.
En todos los casos, el centro de la educación es el alumno. Las nuevas metodologías ceden todo el protagonismo a los niños y niñas que se convierten en sujetos activos, frente a la pasividad de años atrás.
Y es a partir de ahí donde se pone en marcha la creatividad, cuestionando conceptos, comparando, experimentando nuevos caminos.
Pero, ojo, que la creatividad se entrena.
A juicio de María José Murillo de Torres, profesora de Educación Primaria, con amplia experiencia docente en el Centro Sopeña Badajoz, antes se entendía que cada persona, genéticamente, nacía con el don de la creatividad y, suerte si llegaba a desarrollarla de alguna manera.
“Ahora sabemos –explica- que la creatividad, igual que otras muchas habilidades, se fomenta, se educa y se practica. Nosotros lo vemos a diario en las aulas”.
Cuando le reconocemos a nuestros alumnos ese protagonismo y fomentamos su participación dentro y fuera del aula, en todos los procesos, ellos tienen entonces que desarrollar sus propios caminos y así se va entrenando el pensamiento creativo.
María José Murillo, que reconoce que no puede estar más enamorada de su trabajo, advierte que, en contra de lo que creemos, la creatividad no se improvisa, y tiene todo su trabajo detrás y debe contar además con el respaldo y el respeto del profesor.
“No podemos enseñarles a cuestionarse todo, a comparar y a ser críticos, si luego no se lo vamos a permitir”.
La base de todos los procesos de aprendizaje es el respeto por el niño y la niña, porque “un alumno no aprende si no se siente respetado y querido”.
En esa línea se ha manifestado también la pedagoga y pionera en aplicar la Teoría de las Inteligencias Múltiples, Montserrat del Pozo, quien cree que “la diferencia en la calidad educativa está en las preguntas, no en las respuestas”.
Así que desde la Fundación Dolores Sopeña, dedicada a la formación desde su constitución en 1902, reivindicamos el valor de la innovación pedagógica como impulso para dejar fluir la creatividad, con el propósito original de nuestra fundadora de hacer del mundo un lugar mejor para cada persona.