La Fundación Dolores Sopeña en Santiago de Chile, registrada allí con el nombre de Corporación Dolores Sopeña, en colaboración con ACNUR están llevando a cabo desde 2021 un programa de ayuda al emprendimiento entre mujeres migrantes y refugiadas de Venezuela para otorgarles estabilidad en el país.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, establecida por la ONU en 1950, desarrolla la iniciativa “Emprendedoras en línea”, en este caso con la Corporación Dolores Sopeña, por la que más de 150 mujeres han recibido formación en emprendimiento, concretamente en redes sociales, para que fortalezcan o incorporen las herramientas digitales en la difusión y publicidad de sus negocios.
Además de las 30 horas formativas, el programa contempla la entrega de una Tablet digital para facilitar la gestión de sus emprendimientos.
En un vídeo difundido por ACNUR, cuatro mujeres que se han formado a través de esta iniciativa en el Centro Sopeña de Santiago de Chile dan testimonio de sus puntos de partida y su crecimiento a la hora de emprender en distintos ámbitos.
Así, Deisy mantiene una pastelería desde la pandemia, al ver las dificultades para vivir en Santiago de Chile como Contadora Pública, que era su oficio en Venezuela.
Patricia Ochoa, fisioterapeuta con más de 18 años de experiencia, nos cuenta que gracias a este programa y la formación recibida ha podido desarrollar también en Santiago de Chile su profesión y, además, comprar el material necesario para emprender.
Mabiol Fraíno, estudiante de Derecho en su país, ha comenzado a trabajar de Esteticista y pueden dar a conocer su trabajo y aumentar el número de clientas mediante los conocimientos de redes sociales y de gestión.
Por su parte, Rosa Rangel, que acostumbraba a trabajar en ventas, ha descubierto que lo que comenzó a hacer para aliviar su estrés, pintar, la ha convertido en una artista plástica, capaz de ganarse la vida con ello.
La capacitación en Marketing Digital que llevan a cabo de la mano ACNUR y la Corporación Dolores Sopeña ha permitido que muchas mujeres venezolanas salieran de situaciones de vulnerabilidad y se establecieran con cierta estabilidad en la capital chilena.