El Patronato de la Fundación Dolores Sopeña aprobó a principios de este año el Código Ético de la institución, un documento que representa básicamente nuestra esencia, lo que somos, nuestra propuesta educativa, que prioriza el sentido de familia, mediante la convivencia fraterna.
Se rige por los principios de responsabilidad social, transparencia, incardinación en la comunidad y la sociedad, preferencia por los desfavorecidos, calidad en la prestación de servicios y en nuestra actuación, profesionalidad, eficacia, respeto a la pluralidad y la diferencia, justicia, corresponsabilidad educativa de toda la comunidad educativa e integridad.
En un año en el que estamos conmemorando el Centenario de la muerte de nuestra fundadora, el Código Ético viene a reforzar la prestación de los servicios que Dolores Sopeña inició y que buscan la formación integral de las personas, con especial deferencia a aquellas de familias trabajadoras y a las que han tenido menos oportunidades.
El documento en su totalidad refleja la intención de la Fundación Dolores Sopeña y de todos sus centros y escuelas de contribuir al crecimiento personal de sus usuarios, a su capacitación académica y su proyección laboral, mediante la cualificación profesional.
Incluye normas, conductas y valores que inspiran el sentido del ser y el hacer Sopeña; la forma de dar respuesta a los problemas sociales hoy, desde nuestra opción educativa centrada en la persona única e individual, tal y como siempre la concibió Dolores Sopeña.
Pero no se queda sólo en eso, el texto muestra el compromiso con la actualización de las estrategias pedagógicas, la concreción real de nuestro ideario, la apuesta por el cumplimiento de la normativa aplicada a la Educación. De ahí la importancia de su conocimiento y asunción por parte de los órganos de Gobierno, representación y la propia Comunidad educativa
El código ético es además un documento vivo, abierto a la revisión, actualización y mejora. Por ello se establece como “ad experimentum” por un periodo de 2 años, aunque, como documento oficial que es, las conductas propuestas son inmediatamente exigibles en cualquiera de nuestros espacios de acción.
Fruto de la participación y del consenso de las personas que trabajan en las obras de la Fundación Dolores Sopeña, se trata de un documento corresponsable y comprometido.